De la buena vida a los retos de adelgazamieto imposibles
No podemos negar que a todos nos da un poquito de pánico el comienzo del otoño: se acaban los días largos, las cañas con los amigos, las horas de sol en la piscina… en pocas palabras, la buena vida.
Por si fuera poco todo esto, nos encanta ponernos retos inalcanzables: “¡hasta Navidades tengo que adelgazar todo lo que he cogido y más!, pero con la dieta restrictiva más popular que encuentre y con una rutina de gimnasio agotadora desde el primer día”.
Todo esto puede parecer inofensivo a primera vista, pero detrás tiene varias consecuencias para nuestra salud, ya que las variaciones de peso van alterando el metabolismo, pudiendo llegar a hacerlo más ahorrador, y en consecuencia sufriendo el temido "efecto rebote".
Además, el peso puede afectar a otros niveles, especialmente al cardiovascular con enfermedades como dislipemias, hipertensión, diabetes, salud psicológica o del sueño, por lo que no debemos tratarlo como algo meramente estético.
Aunque nuestro peso sea normal (IMC entre 18.5 y 24.9 para adultos sanos), es un tema que no se debe olvidar ya que durante el verano se engorda una media de 2-3 kg., debido principalmente a un mayor consumo de bebidas alcohólicas, helados, comidas especiales, buffet de los hoteles… ¡Imaginaos la cantidad de kilos que podemos acumular verano tras verano si no nos cuidamos!
¿Qué podemos hacer para recuperar los buenos hábitos?
Si llegado a este punto, te has asustado, es momento de inspirar profundamente y tranquilizarte, ya que es muy sencillo: no son necesarios productos de moda ni alimentos exóticos, tampoco hacer platos cuyo nombre es casi impronunciable. Simplemente cuida que tu alimentación sea equilibrada, con mucha presencia de verdura, fruta, legumbre, cereales integrales y proteínas de buena calidad (pescado, carnes magras, huevos, lácteos) y destierra de tu día a día los alimentos ultraprocesados, precocinados y bollería industrial.
Por ejemplo, si te toca comer en el trabajo, una buena opción es llevar un plato único en el que estén todos los nutrientes necesarios (ensalada de tomate, patata y huevo aliñada con aceite de oliva y acompañada de un yogur o fruta). Esto puede ser una ventaja para esas personas que tienden al picoteo, ya que sólo disponen de lo que se llevan de casa.
Pero, ¡cuidado!, estos consejos no tienen fecha de caducidad, es decir, deberías adaptarlos a tus gustos y costumbres, con el objetivo de conseguir un cambio de hábitos tanto de alimentación como de ejercicio, que puedas mantener de por vida.
Efectivamente, además del combustible que tomamos para obtener energía, debemos prestar igual atención a cómo y cuánto gastamos, es decir, procurar tener una vida activa en el día a día, superando los 10.000 pasos diarios, y procurar completarla con unos 180 minutos de actividad vigorosa a la semana, personalizando esta recomendación a la capacidad y situación de cada uno.
Otro de los grandes olvidados es el sueño, a nivel de control de peso, es un factor clave ya que un mal descanso nos llevará a una sensación de cansancio y debilidad durante el día, la cual el cuerpo intentará compensar mediante una mayor ingesta, especialmente con comida calórica y alta en hidratos de carbono para conseguir esa energía.
Consejos para realizar un cambio de hábitos
Te animo a que construyas la base de tu cambio de hábitos con estos consejos:
- Incluir el ejercicio físico como una parte igual de importante que la alimentación.
- Personalizar los objetivos que nos ponemos, siendo realistas con nuestro cuerpo y proponiéndolos en un plazo de tiempo razonable.
- Pedir consejo dietético a un profesional de la nutrición para que nos oriente.
- Elegir el momento adecuado para comenzar. Elegir momentos como las navidades o un momento delicado en la vida personal, puede significar un fracaso y posteriores frustraciones.
- Llevar una alimentación equilibrada en general, sin olvidarnos de ningún macronutriente (hidratos, proteínas y grasas).
Lo que deberías evitar para cuidar tu salud
Evita realizar lo siguiente, ya que no será bueno para tu salud:
- Llevar una dieta excesivamente restrictiva.
- Pensar en la dieta como algo temporal en lugar de un cambio de hábitos a largo plazo.
- Plantearnos la pérdida de peso como algo meramente estético.
- Ponernos objetivos irreales o comparados con gente de nuestro entorno, cada persona es única y su metabolismo también.
- Pesarnos cada día, ya que la variabilidad del peso se ve influida por múltiples factores que pueden confundirnos.
Pautas para mantener el peso perdido
Si lo que quieres es mantener el peso que has perdido, te ayudarán las siguientes pautas:
- Continuar realizando ejercicio físico aunque hayamos conseguido el peso objetivo.
- Mantener la alimentación equilibrada que hemos adquirido durante nuestra pérdida de peso.
- Contar con algunas comidas especiales debido a celebraciones, fiestas... y disfrutar de ellas, volviendo siempre a nuestros hábitos saludables.
- Buscar recetas y platos saludables con los que no se nos haga monótona la alimentación.
- Descansar correctamente, un mal descanso también influye a la hora de mantener el peso.
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Esperamos que te sirvan estos consejos, y los adaptes a tus necesidades. Sentirte bien contigo misma es la base para poder realizar todo aquello que te propongas.
Y recuerda... en Flowher queremos estar CONTIGO, para que sigas tu flow.
Maria Jesús Chinchetru, Endocrino